Visiones sobre el movimiento feminista
El movimiento feminista que detonó durante este mes de mayo ha generado diversas reacciones en la sociedad chilena es por ello que quisimos conocer diferentes puntos de vista de nuestros colegas:
Jeannette Rosentreter, psicóloga clínica, experta en Derechos Humanos
1) ¿Crees que durante los últimos años se ha incrementado el número de consultas por acoso sexual, tanto en mujeres que estudian como en las que trabajan? ¿Podría ser una de estas las razones por las que el movimiento estalla o es solo la coyuntura político social?
Para comprender mejor las demandas respecto a la violencia hacia la mujer recogidas por los movimientos feministas es necesario considerar que históricamente estos movimientos recogen reivindicaciones legítimas asociadas a las enormes diferencias de poder entre mujeres y hombres y se han constituido en un motor social para el cambio de paradigmas. En este sentido, el movimiento social impulsado por el feminismo ha logrado relevar el tema de mujer y género y lo ha posicionado en la agenda política nacional. También hay que recordar que el Estado de Chile se ha comprometido a respetar, proteger y garantizar los derechos de la mujer y en ese sentido, existe una deuda importante y esto ha generado con el paso del tiempo frustración acumulada históricamente.
El Estado de Chile ratificó en 1996 la convención para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer conocida como Convención de Belém do Pará. Este instrumento adoptado por la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos refiere la preocupación de la comunidad latinoamericana respecto a la violencia contra la mujer considerándola una ofensa a la dignidad humana y una manifestación de las relaciones de poder históricamente desiguales entre mujeres y hombres agrega que esta violencia contra la mujer trasciende todos los sectores de la sociedad independientemente de su clase, raza o grupo étnico, nivel de ingresos, cultura, nivel educacional, edad o religión y afecta negativamente sus propias bases. Así mismo, refiere que se entiende por violencia contra la mujer cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado. También señala el derecho de toda mujer a una vida libre de toda forma de discriminación y a ser valorada y educada libre de patrones estereotipados de comportamiento y prácticas sociales y culturales basadas en conceptos de inferioridad o subordinación. Actualmente, existe un proceso de menor aceptación de la violencia hacia la mujer y eso ha propiciado una actitud de denuncia más abierta respecto a las vulneraciones sufridas como por ejemplo, en los casos de acoso sexual unido a la exigencia de modificaciones estructurales que permitan su prevención y protección.
2) ¿Por qué ahora se da el movimiento feminista y cómo se articula?
El tema del acoso sexual o del acoso callejero han estado minimizados en el discurso social pero sólo en el último tiempo se ha problematizado de manera enérgica como una forma de relación violenta entre hombres y mujeres en donde se hace explícito el abuso de poder ya que, contiene elementos altamente discriminatorios asociados a un modelo social y económico que asigna determinados roles a hombres y mujeres dentro de un acuerdo social en donde las mujeres no participamos de igual a igual y que no dice relación con el cambio de roles culturales de mujeres y hombres en una comunidad y con una ciudadanía que respeta los derechos humanos y fomenta la construcción de una cultura de respeto entre las personas. El movimiento feminista ha sido capaz de recoger un sentimiento de descontento y de rabia acumulado en el tiempo y encontró el espacio apropiado para expresarse, así como ha ocurrido con otras demandas sociales. La deslegitimación y cuestionamiento a las distintas estructuras de poder tanto en el ámbito político como religioso han puesto de manifiesto las inconsistencias valóricas de los discursos institucionales dominantes y su quehacer.
Fuente: Agencia Aton
Rodrigo Pantoja, Ps. Jurídico y forense.
¿Ha aumentado el número de denuncias por abuso y acoso sexual?
Depende del concepto de denuncia, porque el ambiente social respecto a informar experiencias de abusos claramente ha facilitado que muchas mujeres hablen respecto a situaciones que han sufrido. Entonces, como denuncia social, sí. Pero, respecto a denuncias formales ante el sistema de justicia es muy temprano para mirar cifras. Es importante tener en consideración que la cifra negra de abusos sexuales es muy grande. El clima social para denunciar ha cambiado y las personas están más dispuestas para denunciar, pero es muy temprano para ver si eso se ha visto aumentado en denuncias formales ante el sistema de justicia.
¿Qué tipo de precaución se debe tener con las víctimas de abusos sexuales?
La protección de seguridad de una víctima de abuso es una prioridad. Una de las medidas es evitar la revictimización. Esta viene de que las víctimas tienen que contar muchas veces su experiencia: ante la policía, el servicio médico legal, el fiscal. Entonces, para evitarlo se puede hacer una entrevista videograbada, ojalá la primera, la cual se puede utilizar para las múltiples instancias que se necesita obtener información. Debe ser lo más completa posible, con un profesional bien entrenado y así se evita entrevistar muchas veces a la víctima. En Chile ya está establecido este procedimiento.
También, es ideal que las víctimas cuenten con servicios de apoyo. La mayoría de las personas lo primero que requieren es información. En qué consiste el proceso judicial, el proceso penal, cuáles son las etapas, qué es lo que les van a pedir, a dónde las van a llevar, etc. Para las víctimas el sistema de justicia penal es como una nebulosa oscura y que da un poco de susto. Darle la información a la persona es muy bueno porque así sabe lo que viene y cuáles serán las etapas. Entre más información tengan, con más confianza y tranquilidad enfrentarán el proceso que se les viene.
Además, y por suerte en la minoría de casos, algunas víctimas quedan con daños psicológicos, como por ejemplo estrés post traumático. Para esas personas debe haber servicios de ayuda psicológica especializada en su condición. Deben tener ayuda en paralelo al desarrollo de su proceso penal. Por fortuna todo esto lo tenemos en Chile, hay profesionales de muy buena calidad y los psicólogos tienen un rol muy importante en las Redes de asistencia a víctimas y Centros de atención a víctimas de delito.
Javier Romero, Ps. Social y Sociólogo.
¿En qué momento esta lucha se transforma en un fenómeno social?
Esto es un movimiento de largo aliento. Tiene que ver con la larga lucha de las mujeres por equiparar la balanza de los roles al interior de la familia y la sociedad y eso empezó hace mucho tiempo atrás, con cuestiones asociadas a los derechos políticos, como lo que mundialmente se conoce como el impulso sufragista femenino. El feminismo tiene un momento épico en la dictadura chilena cuando hubo una postura feminista que se construyó desde el punto de vista teórico, y allí fundamentalmente fue Julieta Kirkwood la teórica más importante, que es la que puso la categoría de feminismo más en la lógica de lo que hoy entendemos como feminismo. Eso comenzó a generar una discusión acerca del lugar de la mujer en la sociedad en medio de todos los cambios y trasformaciones culturales desde la vuelta a la democracia en nuestro país.
Lo que hoy vemos también está asociado a otras demandas sociales que son bastante solidarias con la demanda feminista, tiene que ver con el resurgimiento y el aparecimiento de la justicia entorno a la lucha de las minorías sexuales. Eso hace surgir la pregunta de qué pasa con las mujeres.
Esto, que es más reciente, está unido al algo más complejo que es la aparición de denuncias por acoso, maltrato y abuso sexual. Eso le da otro matiz a esta discusión. Hay una cuestión práctica y habla de la construcción de un orden social donde los hombres teníamos (porque está cambiando) la posibilidad de tener una relación con la mujer donde el piropo, el acoso, todo, estaba normalizado. Este tipo de relación era también de poder, y hay ejemplos de profesores en donde son capaces de abusar de sus estudiantes. Todo ese conjunto de cosas hace que las demandas de las mujeres se vuelvan un movimiento social que tiene el eco como el que tiene hoy día.
¿Cuál es el hecho que gatilla este destape del movimiento?
Hay hitos que son importantes, que empezaron a ocurrir en establecimientos educacionales (en todos los niveles), que plantearon que es necesario repensar la relación entre docente y alumno. Eso hace surgir la necesidad de establecer protocolos para la denuncia y tratamiento de estos problemas al interior de los establecimientos. Hay varias universidades que ya comenzaron a trabajar en eso y antes de eso ya había colegios que trabajaron en eso. Hoy vemos esto más organizado, está la preocupación por desarrollar elementos que normen y que castiguen la conducta que está por fuera del marco normal en la relación entre hombres y mujeres. También, algunos de los casos que visibiliza este movimiento es el de Nabila Rifo, las cifras de femicidio y la lucha por la ley de aborto en tres causales.
¿Entonces uno de los personajes más importantes son los estudiantes?
Sí, ellos son quienes ponen esto en la escena pública, a partir de las denuncias y también de la elaboración de protocolos que normen y castiguen este tipo de relaciones entre profesor y alumno.