Lanzamiento del libro: Historias de Realidades y Sueños para Coincidir

Con éxito se desarrolló el lanzamiento del libro: Historias de Realidades y Sueños para Coincidir, de la Psicóloga Verónica Garay Moffat. El evento se desarrolló con  el apoyo del Colegio de Psicólogos de Chile, en su sede situada en Román Díaz. 935 el pasado viernes 9 de noviembre. A la presentación asistieron las Directoras Nacionales: Beatriz Gazmuri V. y María Eugenia Astorga L. Además contó con la presencia del psiquiatra Luis Weinstein,  quien además escribió el prólogo del libro y refirió algunas palabras durante el lanzamiento. También estuvo presente la editora de la Editorial Coincidir, María Alicia Pino. El evento finalizó con música a cargo del folklorista y psicólogo Fariel Abarca.

 

 

A continuación pueden revisar las palabras de la autora:

 

 Historias de Realidades y Sueños Para Coincidir ya anticipa en este título, su forma y contenido. El libro está basado en una primera parte, en un conjunto de relatos de siete cuentos breves, donde la imaginación, extrae de los sueños lo que alguna vez, quedara alojado en lo más profundo del inconsciente y que ahora sale, en la forma de varios cuentos, abordando en “Adela, la nada y el vacío”, su soledad, vivencias de infancia, primer amor, el feminismo, el abuso infantil, su duelo del padre fallecido, el desapego como forma de vida. Luego en “La realidad en que se paseaba la ola”, cuenta la vida de Teodoro Henríquez, un empleado de imprenta que recuerda durante un viaje, aquellas experiencias en relación a decisiones y deslealtades, los sistemas de jubilación, la adulación y el abandono de las ideas. En “Lo real del viaje cotidiano a casa” se describe una historia de las vicisitudes de la vida Rosa y Dagoberto, donde para ellos no existen fórmulas triunfadoras, sino solo la amistad real, que contempla con madurez los detalles de la vida, un cuento de una historia a destiempo para un amor diferente, con otra velocidad en el encuentro de sus protagonistas, y la sola interferencia de la creatividad sanadora, lo único importante,  confiando con una actitud de nadar tranquila por ejemplo, en suspensión como lo hacen los peces. En “Donde están mis cosas” se incluye nuevamente un cuento, que relata cómo se reajustan y arman los vínculos en lo colectivo, con la sensación de la imposibilidad del retorno a las confianzas perdidas. “Los buitres y las palomas” relata entre medio de la amistad de Federico y Eustaquio Segura, un triángulo amoroso, el amor por conveniencia y el inútil desenmascaramiento tras las lealtades invisibles de los buitres, quienes se contentan con dar migajas a las palomas. En “El otro lado de la Risa” Ana muestra en su caricatura, el otro lado que esconden las risas de burla, tras las colisiones humanas debidas a hechos cotidianos, que evidencian ganancias invisibles en torno a viejas rencillas del pasado, y la continuidad de un sistema basado en el sometimiento. Finalmente, en “Soñaba ese tiempo de cuidar bebés” Violeta aún con sus sueños coloridos, donde para ella nada es tan real como la vida misma. Aparece allí el asombro por la posibilidad de plantearse el origen cósmico planetario, en una clase de astrofísica, concluyendo que las afinidades no son mera casualidad, y en un sueño recurre a su amiga Bendita, para cuidar el bebé de un magnate centroamericano, con los fantasmas escondidos tras unas mascotas gigantes, y el regreso a la realidad de los grupos humanos con su cosmovisión.

La segunda parte de este libro Casos de Terapia y Realidad, habla de tres personas que elegí, con sus historias clínicas de lupus, esquizofrenia y bipolaridad, que son reflejo de las posibilidades terapéuticas, considerando otro abordaje, narrativa y posibilidades para cada escena.

La tercera Parte denominada Micromundo, relata el regreso del terapeuta a casa después de los viajes, siendo lo revitalizante, lo que permite continuar, como lo es también, cosechar los frutos después de la siembra, que están en la familia, los amigos y pacientes quienes atiendo. Poder alegrarse de lo pequeño, como por ejemplo la fotografía, los regalos de la existencia, y el aprendizaje que lleva a la conciencia, tan necesaria y urgente hoy. Nada tan placentero como el viaje, con los hijos una vez a un país vecino, donde me doy cuenta, que la felicidad en realidad, pasa por los momentos compartidos, a través de los lazos que vamos construyendo, y que se visualizan muchas veces en los sueños.

 

La condición ontológica del coincidir a la que alude Luis Weinstein en el Prólogo, tiene que ver quizás, con el mismo eneatipo al que más suelo acercarme, y ese es, el querer vivir en paz y sin conflictos tan tremendos, pero con verdad y transparencia. Ojalá simplemente contemplar la vida y respirarla. Que la movilidad del diálogo constante aprendido en los grupos, en las jornadas de la esperanza y la cooperación, sea el camino a seguir para perder los miedos, y volver a confiar en una sociedad que se ha puesto farandulesca, copuchenta y frívola. Seguir luchando con la esperanza como anuncia Malicia, y descubrir cada día el valor de la cooperación en vez de la traición, que tanto duele en aquellos ambientes muy inquisidores, vergonzosos y poco honrados, que sólo son transformados por la puesta en escena de vínculos significativos, en la amistad verdadera. Cuando se instalan redes sobre compactos poderes, no se admite la divergencia, ni la diversidad de pensamiento, y sólo interesa el placer de ganar, en vez de cooperar. El poder imaginar, a través de un cuento, que se viaja a otros mundos y poder moverse jugando grupalmente, entre medio de los elementos de la astrofísica, enseñados en un encuentro, relacionándolos con las mismas afinidades electivas de las personas que asisten, nos lleva en ese instante a la pregunta, esa en la que Luis Weinstein insiste en uno de sus libros. Cada uno de nosotros en su pequeñez, es espejo de lo grande del universo, por lo que, si bien coincidimos, nada es tan casual.

Lo que impide, como bien dice el autor del prólogo, que prevalezca el raciocinio puro o el fundamentalismo ciego, es el equilibrio y la conexión con la intuición, y esa posibilidad que otorga el mundo de la poesía, el arte, la música, con aquello de ir a otra velocidad por la vida, viendo la vida de otros, cooperando con otros y con esperanza ir construyendo a diario, la alegría de vivir.

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